TIC

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miércoles, 22 de diciembre de 2010

~ Entrevista a Jordi Adell ~

Jordi Adell explica que la implantación real de las TIC en el aula es diversa: para algunos docentes ha sido un cambio idóneo, porque ya tenían cierto manejo de las tecnologías, pero para otros centros y docentes que apenas se habían iniciado en su uso, ha sido momento de confusión.

Además, Jordi Adell señala que lo único que se necesita para esta implantación de las aulas 2.0 en los colegios es la formación del profesorado, junto con una buena conexión a Internet, pero indica que la formación del profesorado sobre cómo usar los nuevos medios y una buena conexión a Internet son asignaturas pendientes o todavía "en marcha". Afirma que costará tiempo integrar las TIC en las prácticas de aula pero que la formación no es solamente sobre el uso genérico de las TIC, sino que debe ser prioritariamente sobre el uso didáctico de las TIC. Y eso incluye muchos aspectos didácticos y no tecnológicos.

Jordi Adell afirma que los libros de texto son una desgracia, tanto en papel como electrónicos. Dice que "los libros de texto "digitales" no tienen ningún futuro en la sociedad de la información.
Por otro lado, explica que la innovación tecnológica no implica automáticamente la innovación didáctica.
A pesar de ello, Jordi Adell afirma que existe una innovación didáctica, pero basada en la actitud del profesorado: formarse constantemente, adoptar enfoques nuevos, probar y experimentar, actuar y reflexionar sobre los resultados y el proceso, participar en proyectos con otros docentes, etc.

El único modelo de innovación que creo que funciona es el que surge de la base, de docentes comprometidos que deciden actuar y que reciben apoyo de "arriba".

Por otra parte, para Jordi Adell considera que la universidad está integrando herramientas, recursos y actividades "2.0" a un ritmo lento. Quizá ahora la universidad afronta demasiados cambios a la vez, pero la sociedad está cambiando a toda marcha y las instituciones tendrán que adaptarse a riesgo de convertirse en irrelevantes.

Por último, respecto al fracaso escolar, Jordi es pesimista, considerando que nadie parece asumir su papel en la solución del problema. De hecho, cree que la sociedad española, en su conjunto, no tiene una clara conciencia de la magnitud del problema.

En conclusión, afirma que mirar hacia las TIC como única solución al fracaso escolar es iluso, pero olvidarlas acrecentará aún más la distancia entre la sociedad, la economía, los hogares, etc. y las escuelas y deslegitimará más si cabe las instituciones educativas.

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